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AFRONTAR EL MIEDO

Una vez reconocido el miedo, nos toca afrontarlo. En el fondo todos sabemos que sólo de esa forma podremos superarlo. Lo hemos visto en películas, nos lo han dicho nuestros amigos, nos lo dice nuestra pareja, lo leemos en los libros. Sin embargo, no es una tarea fácil. Afrontar el miedo demanda energía por nuestra parte. Hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. Cuando se siente miedo a algo concreto, pongamos por ejemplo, miedo a hablar en público, sufrimos pensando en lo que ocurrirá cuando tengamos que hacerlo. La emoción y el cuerpo están inevitablemente unidos. En el caso del miedo a hablar en público su presentación física se caracteriza por temblor de voz, sudores, temblor de manos, etc. Sólo imaginar lo que puede ocurrir cuando estemos en plena exposición nos aterra. No podremos controlar los síntomas del miedo. En algunos casos, existen personas que se pueden permitir tener miedo a hablar en público, así como otros miedos distintos, ya que, es algo que no necesitan hacer para subsistir. Pero en el caso de que nuestro trabajo requiera de la exposición al público, no podremos evitarlo y tendremos que superarlo.



Afrontarlo. Pero la cuestión es, ¿cómo lo afrontamos?. Existen dos formas de afrontamiento, una de ellas consiste en “agarrar el toro por los cuernos”, inundarse en su propio miedo aceptando las consecuencias de lo que ocurra y repetir la inundación siempre que se presente la ocasión. El tiempo y su fuerza de voluntad darán resultados muy positivos. Los síntomas del miedo se reducirán considerablemente. La otra forma consiste en un entrenamiento. Una desensibilización a la situación. En este caso irá paso a paso. Empezará practicando la charla en solitario que le servirá para afianzar sus ideas y su forma de comunicarlas. En el siguiente paso tendrá que practicarla delante de una sola persona cercana para usted. En una tercera ocasión la puede practicar con tres o cuatro personas. Y así, hasta reunir un pequeño grupo de personas, con el que pueda hacer un ensayo que se acerque lo más posible a la realidad. De esta manera no sólo desarrollaremos estrategias propias sino que nos iremos acostumbrando a la situación y la respuesta del miedo se reducirá. Lo que debe tener claro es, que si no llega hasta el final nunca podrá superarlo, por tanto, en sus manos está.

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