Un aspecto básico para entender en que consisten los ataques de pánico, reside en observar la relación existente entre las emociones y la forma en que las personas procesamos la información y elaboramos nuestro conocimiento del mundo y de nosotros mismos.
Desde que recuerdo, los adultos de mi entorno mencionaban el hecho de que el ser humano es un ser RACIONAL. Mis estudios Universitarios estuvieron orientados fundamentalmente a comprender al ser humano desde este prisma, es decir, como procesador de información. Si se modificaban las formas de procesar, también se modificaban las formas de sentir y de actuar.
Esta cuestión, es desde mi punto de vista, absolutamente errónea. Los humanos somos animales que racionalizamos, en la mayor parte de las ocasiones, el mundo y a nosotros mismos. La decisiones fundamentales que tomamos en la vida, nada tienen que ver con aspectos racionales, sino emocionales: la persona o personas con las que compartimos nuestras vidas, nuestro lugar de residencia, la profesión que elegimos....Y precisamente nos equivocamos, cuando no contamos con lo fundamental del aspecto no racional de las situaciones, o no lo incluimos en la ecuación de nuestras vidas.
Por otra parte, estoy convencido de que hubiéramos desaparecido como especie en el caso de funcionar de forma racional en el mundo. Antes de huir, por ejemplo, procesaríamos la amenaza para luego asustarnos y actuar en consecuencia, en el caso de que ese procesamiento hubiera arrojado como resultado un peligro REAL.
Una persona que sufre ataques de pánico, POR SUPUESTO, ve una amenaza en donde otros no, ve una amenaza también en cualquier cambio que sufra su cuerpo, y por lo tanto también en si mismo. Hasta ahí, todo funciona perfectamente bien, es decir, no habría que cambiar su forma de procesar, ya que es coherente con lo que está sintiendo. El problema es que normalmente, la persona, al no conectar lo que siente con esta forma de procesar, asume que su corazón va a fallar, y que es una realidad plausible.
Las emociones por tanto, determinan el resto de la experiencia. Tanto las cogniciones, como los cambios fisiológicos, así como las conductas, son COHERENTES con las emociones, que lo “tiñen” todo de su color.
A mi modo de ver, el tratar de que alguien cambie su forma de procesar, y el momento en que está asustado/a trate de pensar en que todo va a ir bien, es como mínimo una perdida de tiempo y de energía. Lo realmente útil sería el verificar la hipótesis de que si pienso así, eso indica que estoy asustado y buscar en que situación me ha empezado a suceder esto, en que momento he empezado a sentirme así. Probablemente el resultado de esta observación sea la constatación de un patrón situacional (al menos en cuanto a significados) de aparición de las crisis.
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